Cada mañana en clase abro cada corazón con mi pequeño amigo, el ukelele; sus notas suaves y dulces viajando a ese reino de introspección que se suaviza entonando “la Invocación de Anusara. En 2012 yoga llego a mi vida de manera que iluminó todo mi entorno; aún recuerdo el instante mágico que te regala esa primera experiencia al cantar Om; más tarde conocí Anusara Yoga de la mano de Gaby Zermeño y fue cuando supe que esto es lo que quería hacer el resto de mi vida; compartir y regalar un poquito de la paz y la conexión que la practica me da día con día.
He cursado las 200 hrs con Gaby Zermeño
He cursado 300 hrs entrenamiento avanzado de maestros